20/06/2024
El ex gobernador de Tucumán está detenido en el Centro Penitenciario N° 1 de Ezeiza. La defensa hizo un pedido de excarcelación pero el juez Ramos Padilla ya se lo rechazó.
José Alperovich (69) supo el peso de un chaleco antibalas en su cuerpo. Salió sin esposas de la sala de audiencias, a pedido del juez Juan María Ramos Padilla (71), luego de escuchar el veredicto condenatorio y orden de prisión preventiva. Pero no escapó a la formalidad cuando intervino el Servicio Penitenciario Federal (SPF), que lo subió a una combi para su traslado. Ya no tenía la corbata azul con la que esperó todo el día. Tampoco el saco del traje que eligió para escuchar su destino.
Alperovich se fue preso y pasó su primera noche en la cárcel. Fue trasladado al Complejo Penitenciario Federal N°1, más conocido como la cárcel de Ezeiza, el penal más grande del país.

Tiene capacidad para 2.200 personas en seis módulos. La primera noche, el ex gobernador y ex senador tucumano la pasó en la unidad de ingreso y Hospital Penitenciario Central.
No está claro si ya fue trasladado a un pabellón o si todavía definen adónde pasará sus días. Algunos rumores hicieron referencia a que sería trasladado la unidad de condenados por delitos sexuales, aunque también podría permanecer en el sector destinado a personas mayores.
En el horario de visita, sus hijos Sara, Mariana, Gabriel y Daniel Alperovich se acercadon al penal con bolsas y valijas para entregar al ex senador.
La suerte estaba echada luego de que Ramos Padilla, juez unipersonal del Tribunal Oral N° 29, reanudara el juicio a las 13 y anunciara su deliberación hasta las 20. Durante esas siete horas, Alperovich esperó con custodia policial (la habían ordenado desde los alegatos, el 10 de junio) en la sala de un tribunal cercano. No pudo salir ni dejar el edificio de la calle Paraguay al 1500.
Alrededor de las 16, personal del SPF se sumó a la custodia y los indicios parecían acumularse. Quizá por eso, cuando el juez Ramos Padilla leyó “resuelvo condenar a José Jorge Alperovich por ser considerado autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual simple reiterado en tres oportunidades (hechos 1, 3 y 5), los últimos dos cometidos en grado de tentativa, y otros seis sucesos de violencia sexual agravados, en todos los casos, mediando para su comisión abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad, todos estos en concurso real entre sí, a la pena de 16 años de prisión”, no pareció sorprenderse.
La sala se mantuvo en silencio. El tucumano apenas llegó a secarse una lágrima y se mantuvo, como durante toda la lectura, cabizbajo, sosteniendo con fuerza la medalla con un texto en hebreo que -dijo- le regaló a alguien el rabino Menachem Mendel Schneerson, más conocido como Rebe.
Alrededor de la medianoche Alperovich llegó a Ezeiza, donde le realizaron el fichaje de rigor y esperó hasta la visita de su familia.