El discurso de Javier Milei de espaldas al Congreso molestó a diputados y senadores, que ahora esperan las leyes del ajuste

Quince minutos exactos permaneció Javier Milei en el Palacio del Congreso, donde juró como presidente de la Nación. Sin dirigirse a la Asamblea Legislativa, que lo aguardó dos horas en el recinto, al igual que mandatarios provinciales e internacionales. El líder de La Libertad Avanza se limitó a pronunciar su juramento y marchó rumbo a la explanada, para dirigirse a sus votantes, que lo aguardaban en la plaza de Los Dos Congresos, repleta de banderas argentinas.

“Baño de multitudes” o de espaldas a “la casta”, como fuere, Javier Milei rompió con la tradición de hablar ante la Asamblea Legislativa, luego de ser ungido presidente. Se limitó a jurar, y luego dio un discurso, que duró cerca de media hora, de cara “al pueblo”, que lo aguardaba en las inmediaciones del Congreso desde temprano.

Javier Milei ingresó al Palacio del Congreso a las 11.46. Con una carpeta en mano (como siempre), bajó del auto, le dirigió un saludo -puño en alto- a la militancia que lo aguardaba detrás del vallado, para luego darle un apretón de manos a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Mientras el libertario y su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, firmaban el Libro de Honor, en el recinto ya estaba todo dispuesto para la jura.

En las bandejas esperaban al ahora presidente su pareja, Fátima Flórez, que se ubicó en el palco central, junto a los padres de Milei. También se la vio a la jueza y viuda del fiscal Alberto Nisman, Sandra Arroyo Salgado. Y a parte de la familia Menem, entre ellos, Eduardo Menem, padre del ahora presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. También estaba su prima, “Zulemita”. 

A diferencia de otras ceremonias, no se vio ningún palco destinado a sindicalistas, empresarios, ni intendentes. Señal de nuevos tiempos.

A los costados del estrado, se ubicaban el grueso de los gobernadores, los expresidentes de la Nación Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde y Mauricio Macri, que fue el último en llegar. Al lado de los exmandatarios nacionales se encontraba, llamativamente, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Su sucesor, Lula Da Silva, pegó el faltazo.

También estaban, a los costados del estrado en el que Javier Milei y Victoria Villarruel juraron, mandatarios internacionales, como el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; su par chileno, Gabriel Boric, el ucraniano, Volodímir Zelenski, entre otros. Dijeron presente, además, los cuatro miembros de la Corte Suprema y, al lado de ellos, se ubicaron los dirigentes que formarán parte del gabinete de Milei: Patricia Bullrich, Luis Petri, Luis Caputo, Guillermo Francos, Sandra Pettovello, entre otros.

Pese a la presencia de todas esas figuras de peso, el libertario cumplió con su promesa y rompió con la tradición de dirigirse a la Asamblea Legislativa. Pronunció su juramento, que fue tomado por la vicepresidente Cristina Kirchner, quien quedó al frente de la sesión. 

En varios momentos, mientras hacía lo propio Villarruel, se los vio “cuchichear” y sonreírse mutuamente. La vice le habló en más de una en oportunidad al oído, sujetándolo del brazo.

De espaldas a la casta

Bajo la idea de darle su discurso inaugural “al pueblo”, y no a “la casta”, Javier Milei le dio la espalda a aquellos diputados y senadores a los que, a partir de mañana, deberá pedirles sus votos para poder sacar el paquete de medidas o “Ley Ómnibus”. Y cualquier otro tipo de ley que necesite. 

Es que, vale recordar, La Libertad Avanza tendrá menos del 15% del total de los diputados y menos del 10% de representación en el Senado.